Filosofía


Naturaleza
« La naturaleza gana a cualquier espacio artificialmente preparado para niños. Los espacios exteriores naturales tienen variedad de elementos, texturas y retos que ofrecen, a su vez, pluralidad de experiencias de juego, desde experiencias sensoriales, hasta el juego simbólico, pasando por las actividades más motrices. Y ninguno de los materiales que ofrece indican a qué o cómo jugar, permitiendo que sea el niño quién lo decida a cada instante, según sus necesidades y deseos internos. Este hecho tan importante, que sea el niño quién despliegue el juego de forma libre según sus propias motivaciones, junto con todos los beneficios adicionales que conlleva estar en ambientes naturales (relajación, actividad física, mejora de las relaciones, etc.) convierten a la naturaleza en el marco de juego ideal para los niños. »
 


Cuidar con amor
Cada niño es único y su singularidad tiene que ser respetada. Quien acompaña a los niños construye con ellos una relación equilibrada, respetando sus ritmos, emociones, deseos, intereses y necesidades.

Autonomía
« Como decía Montessori, "todos los niños tienen una mente absorbente, pasan por períodos sensibles, quieren aprender, lo hacen por medio del juego/trabajo, pasan por diversas etapas de desarrollo y quieren ser independientes". Los adultos debemos confiar en sus capacidades de aprendizaje, proporcionarles un entorno adecuado donde puedan desarrollar sus capacidades de forma armónica y animarles a cumplir ellos mismos todas la acciones que son capaces de hacer. »
Aprendizaje por la experiencia
« El cerebro es potente y está diseñado para aprender sin esfuerzo, no necesita lecciones formales para hacerlo. Los ninos tienen motivaciones proprias que les empuja a explorar el mundo. Nuestra única tarea, sencilla pero extremadamente difícil, es permitir que el niño se ponga en contacto -tanto tiempo que la haga falta- con esas situaciones que van a nutrir sus circuitos neuronales en pleno desarrollo. »
Juego libre
« El impulso de jugar en los niños es innato y responde a una necesidad biológica y social. Es a través del juego que aprenden a interactuar con el entorno, a poner en orden lo acontecido durante el día, a ensayar nuevas habilidades. »
« Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando. El juego que hacen solos sin el control de los adultos es la forma cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido jugar bien y durante mucho tiempo serán adultos mejores. »

Socialización
El grupo reducido permite la construcción de la socialización poco a poco, sin saltarse etapas esenciales. Hasta los 3 años, los niños necesitan relaciones basadas en el cuidado, el afecto y la atención por parte del adulto para construir su confianza básica en el mundo que le rodea. Después de los 3 años empiezan a desarrollar sus relaciones con los iguales, y necesitan ser acompañados de forma adecuada en este proceso, con tiempo, paciencia y disponibilidad.